Cuixart: Los años cruciales (1955-1966)

Comisaria: Raquel Medina
Museo Fundación Juan March de Palma : 5 de febrero - 16 de mayo 
Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca : 5 de junio -27 de septiembre.

La exposición pretende poner en valor las substanciales aportaciones de este extraordinario artista a través de un recorrido por un periodo cronológico, de aproximada mente una década, de crucial transcendencia en su trayectoria. Se trata de recuperar el mejor y auténtico Cuixart desde el análisis más riguroso, pero a la vez sugestivo y didáctico.
El periodo elegido se inicia después de Dau al Set, cuando tras el viaje a Paris con la beca concedida a Dau al set por el Instituto francés (compartida con su primo Antoni Tapies) se traslada a Lyon, desarrolla en Lyon una fructífera fase experimental de profundización y reflexión en las capacidades expresivas de la materia. Ello cristaliza en sus elogiados drippings de irisaciones metálicas (doradas, plateadas cobrizas)  que constituyen una personalísima alquimia, una metafísica de la materia (“Transinformalismo” según terminología de Cirlot) que le hace merecedor de numerosas distinciones y le eleva a la cima del éxito y el reconocimiento internacional (Bienal de Sao Paulo,  Premio suizo de pintura abstracta de Lausanne,1959)). Los más prestigiosos críticos de toda Europa lo ensalzan como el verdadero renovador del informalismo internacional.

Pero Cuixart era un espíritu inquieto que no quiso anclarse en un lenguaje que demostraba síntomas de anquilosamiento. En 1963 sorprende con sus Nens sense nom (Niños sin nombre) muñecas masacradas, sintomáticas de una profunda angustia existencial. La serie  evoca el desamparo ante la violencia de las víctimas anónimas. E incluye objetos manipulados configuraciones tridimensionales y assemblages como “Rodamort” de 1961, el mismo año en que en el MOMA se celebra  la exposición The Art of assemblage.  De hecho Cuixart fue un precursor de la incorporación del objeto que emplea desde 1954, pero ahora en clave humana y existencial desde una perspectiva a menudo tremendamente audaz para la época (Androgyne, 1961).

Hacia la mitad de la década, dedica una serie de obras a Bertold Brecht, autor prohibido por el franquismo que le influye intensamente. En esas mismas fechas surge  un muy singular e inquietante ciclo en el que de manera insólita lo matérico y textural se hibridan con un grafismo magicista y sígnico en cuyos contenidos predomina lo orgánico, lo erótico y lo siniestro. Las imágenes de este período, de acentuado carácter intelectual, en su mayoría tremendamente “biológicas”, diseccionan los entresijos del ser y el cuerpo humano como escalpelos.Son reflejo de su paso por las clases de disección y de anatomía en la Facultad de Medicina, estudios que abandonó por su vocación aertística. La serie constituye una reflexión analítica y revulsiva de la realidad social que no pretendía sino revelar la hipocresía capaz de esconder la depravación bajo las buenas costumbres. Se trataba, de una obra marcadamente  transgresora que sin duda constituyó un revulsivo demasiado enérgico y audaz para aquel momento en España. Por ello, aunque supuso un gran éxito en Estados Unidos,  suscitó en su entorno los ataques más furibundos por parte de posturas fundamentalistas y una enconada polémica. 
La profunda capacidad poética y la expresividad surreal de su espléndida obra sobre papel complementa el itinerario y la aproximación al artista.